Cada vez son más las personas que montan sus propias empresas para salir de esta crisis que tanto está durando ya. Al principio todo se nos hacia cuesta arriba, personas que perdieron su trabajo y sus casas, otros tuvieron que cerrar sus negocios, muchos de ellos con muchos años de antigüedad, fundados por padres o abuelos, negocios familiares que partían por la mitad la estabilidad económica del núcleo familiar. Negocios de los de toda la vida conocidos por todos porque llevaban toda la vida existiendo.
Según los expertos lo peor ya ha pasado, llevamos conviviendo con la crisis diez años, ya que en el año dos mil siete el nivel de la deuda empezó a ser preocupante según dicen los expertos y en dos mil ocho empezamos a notarlo todos. Ahora dicen que se va notando un remonte en la economía española, la dura crisis hoy se llama crisis a secas aunque para muchos sigue siendo igual de cruda por qué no han podido remontar después de perderlo todo. Familias con todos sus miembros en edad de trabajar en desempleo que no han conseguido un puesto de trabajo ni tienen medios para salir adelante.
Hace poco leí un reportaje de un señor que tenia empresas y vivía de ellas, con la crisis tuvo que ir cerrando negocios hasta quedarse en nada, todo su imperio se fue al garete, pero no se dio por vencido, en unas tierras que tenia empezó a cosechar cereales y viñedos, afortunadamente contaba con ocho hectáreas de terreno que en principio ni miraba, con los ahorros que tenia fue a desguacescasquero y adquirió toda la maquinaria necesaria para la agricultura y empezó a cosechar y a recoger los frutos. Un ejemplo muy claro e personas emprendedoras que no se achantan frente a las adversidades si no todo lo contrario, sacan pecho y cogen impulso para dar un paso más adelante, sin importar los baches que se encuentran por el camino, personas con espíritu triunfador que no se dan por vencidos y es que las grandes fortunas se han creado así, casi de la nada, con fuerza de voluntad y valor para afrontar de cara los problemas.
Así que de cara a los próximos años, se espera que la deuda española sea mínima y que no falten puestos de trabajo, incluso esperamos que nuestros jóvenes, puedan volver a casa sin preocuparse por encontrar un buen puesto de trabajo
